Con frecuencia crees que debes trabajar duro para superar obstáculos y satisfacer escasez y resolver problemas; pero a menudo, con esa actitud o perspectiva, trabajas en contra tuya sin darte cuenta.
Cuando te sientes sola, atraes soledad.
Cuando te sientes pobre, atraes pobreza.
Cuando te sientes enferma, atraes enfermedad.
Cuando te sientes infeliz, atraes infelicidad.
Cuando te sientes saludable y vital y viva y próspera —atraes más de aquellas cosas.
La manera como te sientes es tu punto de atracción, por lo tanto, la Ley de la Atracción se entiende mejor cuando te ves como un imán, recibiendo cada vez más según cómo te sientes.