No tienes que protegerte de nada

No tienes que protegerte de nada

¡No tienes que protegerte de nada! De hecho, una actitud de protección con seguridad te llevará hacia la vibración de lo que te estás protegiendo. No puedes mirar algo y decir, “Oh no, estoy rezando para protegerme de ti,” sin lograr una armonía vibratoria “contigo”, quienquiera que seas.

– Abraham

Sal con una vibración tan dominante que solo atraigas a quienes vibran igual

Sal con una vibración tan dominante que solo atraigas a quienes vibran igual

Sal afuera a la luz del sol –afuera donde todo está – con una vibración tan dominante, que aquellos que te molestan, aquellos que no están de acuerdo contigo, aquellos que te hacen sentir incómodo, no llegan a tu vida porque tu vibración –mediante tu práctica– se ha vuelto tan clara, tan pura, tan limpia, tan en línea con tus deseos, que el mundo a tu alrededor se siente así también. Ese era tu plan.

– Abraham

Si decides hacer de alguien tu enemigo, desconectas de tu Fuente

Si decides hacer de alguien tu enemigo, desconectas de tu Fuente

Si decides hacer de alguien tu enemigo y presionas muy duro en su contra no lo afectas en lo absoluto, pero sí te desconectas de tu Fuente. Si alguien te engaña, esa persona no puede reducir tu experiencia. Solo reduce la suya. Tú no puedes ser reducido por alguien que te engañe, a menos que te molestes y reacciones en su contra. Y uses eso como tu excusa para desconectarte de tu Fuente.

– Abraham

Siente su esencia y manifiéstalo

Siente su esencia y manifiéstalo

Y decimos –¡es real! solo tienes que desarrollar tus sensores para comprenderlo. Y luego te entró la desconfianza –hmm ya entiendo Abraham, solo quieres que sea feliz en la ausencia de mis deseos pretendiendo que realmente están ahí. Y decimos, ¡exacto, así justo! ¡Así justo! Queremos que seas feliz en la ausencia de tus deseos, en la ausencia de su manifestación, porque lo sabemos, al tú ser feliz de todos modos, en tu expectativa de todos modos, en tu confianza de su vibración que puedes sentir con tus emociones, pese a que no puedes verlo con tus otros sentidos. En tu creencia de que está ahí, no solo estará, pero la diversión con la que se te revela… ¡Oh! ¡El placer de la manifestación!

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